jueves, 25 de octubre de 2012

LOBO MEXICANO EN PELIGRO DE EXTINCION


Otro animal 100% mexicano y en peligro de extinción es el lobo gris (Canis lupus baileyi). Es la raza de menor tamaño en el Continente Americano y también la que habita más al sur. Al igual que en otras regiones del planeta, al lobo mexicano se le ha perseguido intensamente en Mexico, principalmente mediante cacería ilegal y por medio de campañas de envenenamiento. La destrucción de los bosques y pastizales templados del norte de la República Mexicana , que constituyen su hábitat, contribuyó también a que a mediados de los años 70’s estuviera en peligro de extinción. Hoy sólo se conoce con certeza la situación de los lobos mexicanos que se encuentran en cautiverio.
En 1975 el lobo mexicano fue incluido dentro del Acta de las Especies en Peligro de Extinción de los Estado Unidos, lo que obligaba al USFWS, la oficina responsable de la conservación de la fauna en ese país encargada de hacer todos los esfuerzos posibles y necesarios para recuperar al lobo mexicano en los Estados Unidos. Sin embargo, para entonces sólo existían lobos silvestres de esta subespecie en México, por lo que se buscó la cooperación del gobierno mexicano para lograr este objetivo.
En 1977 la Oficina de Especies en Peligro, del USFWS, establece un acuerdo con el gobierno mexicano para iniciar una evaluación en las montañas del norte de México y tratar de determinar la situación de las últimas poblaciones de lobos. Se contrata para llevar a cabo este estudio al Biólogo y trampero norteamericano Roy T. McBride. La experiencia que tenía en esta actividad, durante varios años de recorridos en el norte de la Sierra Madre Occidental, lo calificaban para esta tarea. Durante los primeros meses de 1977 se dedicó a localizar las últimas poblaciones silvestres del lobo mexicano, llegando a estimar que la población total de este animal quizá no superaba los 50 individuos, los cuales se encontrarían dispersos, en pequeños grupos, parejas o como individuos solitarios, en un área gigantesca, prácticamente toda la Sierra Madre Occidental, desde Sonora y Chihuahua, hasta el sur de Durango y Zacatecas.
Con la autorización del gobierno mexicano, a fines de 1977 y a principios de 1978, McBride capturó vivos dos lobos en la Sierra del Nido, Chihuahua, y cuatro más cerca de Coneto, Durango. Estos animales fueron enviados a los Estados Unidos para iniciar un programa de reproducción en cautiverio, que tendría como objetivo incrementar el número de lobos mexicanos, hasta llegar a un número que permitiera reintroducirlos en algún área protegida, donde pudiera mantenerse una población silvestre viable de al menos 100 lobos. A cambio, el gobierno mexicano solicitó que se enviaran de regreso a nuestro país algunas parejas descendientes de los lobos que McBride había capturado en Chihuahua y Durango.
El hecho es que, a partir de que McBride capturó los lobos con los que se inició el programa de reproducción en cautiverio, prácticamente ya no se hizo ningún esfuerzo importante para proteger a los últimos lobos silvestres que quedaban, los cuales siguieron siendo perseguidos hasta que prácticamente desaparecieron. Por ello hay que admitir que, de no haberse iniciado un programa de reproducción en cautiverio con los lobos capturados por McBride, quizá hoy el lobo mexicano estaría irremediablemente extinto. De los seis lobos capturados para el Programa de Reproducción en cautiverio, sólo cuatro participaron en el y de estos sólo uno era hembra, y se sospechaba que uno de los machos era hijo de ella. Esto ha representado un riesgo para la viabilidad genética de la población existente de lobos mexicanos, pues al haber sido el grupo fundador tan reducido en número, existe entre todos sus descendientes un alto grado de consanguinidad. A pesar de ello, se ha logrado incrementar considerablemente el número de estos lobos, que son conocidos como lobos de "Linaje Certificado", pues su pureza fue determinada mediante estudios genéticos que se les practicaron antes de incorporarlos al Programa de Reproducción en Cautiverio.
En el año de 1988 México inicia sus propios esfuerzos para reproducir en cautiverio al lobo mexicano, con la llegada de tres parejas procedentes de los EUA., que se albergan en el Centro Ecológico de Hermosillo, Sonora; la estación de San Cayetano, en el Estado de México y el Zoológico de San Juan de Aragón, en la Ciudad de México. Una pareja más se recibe al año siguiente y es alojada en el Zoológico de Chapultepéc, también en la Ciudad de México. A finales de 1993, se reciben dos parejas más y, junto con algunos de los descendientes de la pareja alojada en el Zoológico de San Juan de Aragón, forman dos parejas reproductoras más, que se alojan en la estación de " La Michilía ", en Durango y en un rancho particular del estado de Chihuahua. Para Abril de 2003 existían alrededor de 90 ejemplares del linaje certificado en nuestro país y la población total de este linaje, incluyendo a los lobos mexicanos cautivos en los EUA y a los que fueron liberados en Arizona, suma alrededor de 250, por lo que el lobo mexicano aún es considerado como el que requiere mayor protección a nivel mundial, ya que se le considera el más escaso del planeta.

Si bien se han tenido importantes avances en la recuperación del lobo mexicano, es importante unir esfuerzos para que esta especie no continué en peligro de extinción y que cada uno de nosotros ponga su granito de arena apoyando a las diferentes instituciones que se dedican a conservar al lobo mexicano.

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