jueves, 25 de octubre de 2012

BALLENA AZUL


Ballena AzulLas Ballenas son mamíferos acuáticos y vienen de la familia de los Cetáceos. Otros Cetáceos son los delfines, las marsopas y los cachalotes.
Las ballenas son animales de un muy gran tamaño y la Ballena Azul es la más grande de todos los animales ya que mide 30 metros de longitud.
Las ballenas tienen la piel lisa y tienen debajo de ella una capa de grasa como si fuera ropa térmica. Las ballenas pueden nadar gracias a su aleta caudal que está puesta horizontalmente. No tienen dientes y su boca en lugar de dientes tiene unas láminas o barbas, con las cuales puede filtrar el plancton o el krill.
Las ballenas se cazan porque se aprovecha todo por ejemplo: de su grasa se obtiene aceite y los huesos o su carne para la comida por esta razón, han sufrido una caza excesiva que ha llevado a muchas especies al borde de la extinción.
Una de las ballenas que están en peligro de extinción en América y en Asia es la Ballena Azul.
Se han encontrado ballenas azules de hasta 33 metros de longitud y su peso de 190 toneladas, pero normalmente son de 25 metros de longitud. Las ballenas azules hembras son un poquito más grandes que los machos. LaBallena Azul, como su nombre lo dice, es azul pero su panza o vientre grisáceo o amarillento. Esta ballena es fácil de confundir con la Ballena Rorcual ya que es muy parecida, en su forma pero es diferente en tamaño y su color de piel es de un gris oscuro o negro.

ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCION EN MEXICO

                              Especies en peligro de extinción (México)



En México la caza y la alteración del medio ambiente tienen a muchas especies al borde de su desaparición.
Los elementos que constituyen la biósfera, se dividen en inorgánicos, como la luz, el suelo, el agua, y en orgánicos, que a su vez se dividen en flora y fauna.
En todo ecosistema los animales tanto vertebrados como invertebrados, constituyen un factor importante. Sus relaciones con los demás integrantes del ecosistema, contribuyen a mantener un equilibrio relativo, cuya estabilidad, posible gracias a complicados mecanismos de retroalimentación en cadena, se altera fácilmente cuando se incide en cualquiera de sus eslabones, por más insignificantes que éstos puedan parecer.
Desde sus orígenes, los animales han estado en competencia para sobrevivir. Además, cambios constantes en el medio ambiente han dado como resultado la desaparición de algunas especies y el florecimiento de otras. Estos procesos evolutivos ocurren de manera lenta a lo largo de millones de años, sin embargo, cuando el hombre llegó a escena, hace relativamente poco tiempo, los delicados eslabones faunísticos que habían tenido larga permanencia en la naturaleza, empezaron a romperse y verse alterados.
Desde los tiempos más remotos, el género humano ha hecho uso de la fauna silvestre matando o capturando selectivamente algunas de las especies que la integran, bien para liberarse de especies dañinas (serpientes, roedores etc.), o para utilizar su carne como alimento y sus pieles como vestido.
La extinción de algunos animales o el estado crítico de otros, por acción del hombre ha sido registrada por algunos autores como Heim (1952) que menciona, entre otras especies definitivamente desaparecidas, a la moa (Dinornis ingens) gigantesca avestruz de Nueva Zelanda.
La extinción de la fauna tiene graves repercusiones en los ecosistemas, sobre todo en lo referente a las cadenas tróficas y alimenticias. En la mayoría de los casos, de las especies desaparecidas no se tenía suficiente información acerca de su papel en los diferentes ecosistemas en que participaban.
En nuestro país existen, según la lista de especies en peligro de extinción presentada en la Organización de Estados Americanos (OEA) el 5 de febrero de 1973, cerca de cuarenta especies de vertebrados, tanto terrestres como acuáticos. Por ejemplo, el jaguar (Panthera onca) y el cocodrilo (Crocodylus acutus y C. moreletti), cuyas poblaciones han decrecido debido a la caza de que son objeto para el comercio de sus pieles, el cual, la mayoría de la veces, se realiza en forma ilegal, principalmente en la zona sureste del país.
Otra causa de extinción, es la desaparición o perturbación de los hábitats característicos de las especies, debido a desforestación, establecimiento de cultivos agrícolas, asentamientos humanos, etcétera, con la consecuente alteración del equilibrio ecológico. Tal es el caso del pavón (Oreophasis derbianus) en Chiapas, cuyo hábitat, el bosque nublado, se encuentra ya muy reducido. Esto ha ocasionado que sus poblaciones disminuyan en forma alarmante ya que no se adaptan a zonas alteradas.
La contaminación química es, también, causa de daño a la fauna. Los insecticidas aplicados en los cultivos, a la larga entran a las corrientes de ríos y mares, donde son ingeridos por microorganismos que son comidos por peces y otros animales, y éstos, a su vez, devorados por las aves. En cada paso de esta cadena alimenticia, el insecticida se concentra cada vez más. Tales concentraciones en las aves afectadas hacen que produzcan huevos con cáscaras deficientes en calcio, que el paso de las madres rompe durante la incubación. Como consecuencia de este proceso los pelícanos pardos, los cormoranes y otras aves se han extinguido ya en algunos lugares donde antes predominaban. La contaminación por insecticidas ha llegado incluso a la Antártida y el Artico afectando a pinguinos y osos polares.
Todas estas situaciones se han acentuado en el presente siglo debido a la explosión demográfica humana. Cada día es necesario talar bosques y selvas para satisfacer necesidades de alimento y habitación. Por estas razones es importante elaborar un plan nacional de explotación racional de recursos faunísticos. Dicho proyecto debe tener en cuenta una serie de consideraciones sociales, tales como la agricultura que altera zonas naturales y afecta a la fauna. Pero ¿cómo convencer a esta población de poner fin a la perturbación, cuando todos sus esfuerzos apenas bastan para evitar que se mueran de hambre?. ¿Cómo recomendarles no matar un ocelote cuando la venta de su piel proporciona un cierto ingreso que alivia su ya deteriorada economía?. Es por ello, que los científicos involucrados en la conservación de la fauna no sólo deben ser capaces de proponer medidas de protección sino, también en colaboración con otros especialistas, de presentar alternativas de satisfacción a las necesidades del conjunto social y no solamente del individuo.
Esto nos viene a mostrar de una parte, que en México no se cuenta con el número suficiente de especialistas en las diferentes disciplinas ecológicas, y, de otra, que muchas veces se realizan investigaciones siguiendo modelos extranjeros y no según nuestras necesidades. Es urgente entonces la formación de profesionales conscientes de su participación social como científicos.
Pero la lucha por salvar la fauna silvestre no puede restringirse a los biólogos. Es necesaria la participación de los gobiernos y del pueblo en general, creando una conciencia de responsabilidad hacia las generaciones futuras. Algunas de las especies en peligro de extinción, en México, se consignan en el siguiente listado:

Antilocapra americana
Berrendo
Tapirus bairdii
Tapir
Trichechus manatus
Manatí
Ursus horribilis
Oso gris
Phenicopterus ruber
Flamingo
Falco peregrinus
Halcón peregrino
Harpia harpyja
Aguila arpía
Gopherus flavomarginatus
Tortuga de Mapimí
Eretmochelys imbricata
Tortuga de carey


Algunas de estas especies, como la tortuga de Mapimí y el berrendo, están siendo objeto de estudios para determinar medidas que los proteja. Sin embargo, esta labor apenas comienza y requiere de mayor participación para que los estudios puedan realizarse en el mayor número posible de especies amenazadas.En México la caza y la alteración del medio ambiente tienen a muchas especies al borde de su desaparición.
Los elementos que constituyen la biósfera, se dividen en inorgánicos, como la luz, el suelo, el agua, y en orgánicos, que a su vez se dividen en flora y fauna.
En todo ecosistema los animales tanto vertebrados como invertebrados, constituyen un factor importante. Sus relaciones con los demás integrantes del ecosistema, contribuyen a mantener un equilibrio relativo, cuya estabilidad, posible gracias a complicados mecanismos de retroalimentación en cadena, se altera fácilmente cuando se incide en cualquiera de sus eslabones, por más insignificantes que éstos puedan parecer.
Desde sus orígenes, los animales han estado en competencia para sobrevivir. Además, cambios constantes en el medio ambiente han dado como resultado la desaparición de algunas especies y el florecimiento de otras. Estos procesos evolutivos ocurren de manera lenta a lo largo de millones de años, sin embargo, cuando el hombre llegó a escena, hace relativamente poco tiempo, los delicados eslabones faunísticos que habían tenido larga permanencia en la naturaleza, empezaron a romperse y verse alterados.
Desde los tiempos más remotos, el género humano ha hecho uso de la fauna silvestre matando o capturando selectivamente algunas de las especies que la integran, bien para liberarse de especies dañinas (serpientes, roedores etc.), o para utilizar su carne como alimento y sus pieles como vestido.
La extinción de algunos animales o el estado crítico de otros, por acción del hombre ha sido registrada por algunos autores como Heim (1952) que menciona, entre otras especies definitivamente desaparecidas, a la moa (Dinornis ingens) gigantesca avestruz de Nueva Zelanda.
La extinción de la fauna tiene graves repercusiones en los ecosistemas, sobre todo en lo referente a las cadenas tróficas y alimenticias. En la mayoría de los casos, de las especies desaparecidas no se tenía suficiente información acerca de su papel en los diferentes ecosistemas en que participaban.
En nuestro país existen, según la lista de especies en peligro de extinción presentada en la Organización de Estados Americanos (OEA) el 5 de febrero de 1973, cerca de cuarenta especies de vertebrados, tanto terrestres como acuáticos. Por ejemplo, el jaguar (Panthera onca) y el cocodrilo (Crocodylus acutus y C. moreletti), cuyas poblaciones han decrecido debido a la caza de que son objeto para el comercio de sus pieles, el cual, la mayoría de la veces, se realiza en forma ilegal, principalmente en la zona sureste del país.
Otra causa de extinción, es la desaparición o perturbación de los hábitats característicos de las especies, debido a desforestación, establecimiento de cultivos agrícolas, asentamientos humanos, etcétera, con la consecuente alteración del equilibrio ecológico. Tal es el caso del pavón (Oreophasis derbianus) en Chiapas, cuyo hábitat, el bosque nublado, se encuentra ya muy reducido. Esto ha ocasionado que sus poblaciones disminuyan en forma alarmante ya que no se adaptan a zonas alteradas.
La contaminación química es, también, causa de daño a la fauna. Los insecticidas aplicados en los cultivos, a la larga entran a las corrientes de ríos y mares, donde son ingeridos por microorganismos que son comidos por peces y otros animales, y éstos, a su vez, devorados por las aves. En cada paso de esta cadena alimenticia, el insecticida se concentra cada vez más. Tales concentraciones en las aves afectadas hacen que produzcan huevos con cáscaras deficientes en calcio, que el paso de las madres rompe durante la incubación. Como consecuencia de este proceso los pelícanos pardos, los cormoranes y otras aves se han extinguido ya en algunos lugares donde antes predominaban. La contaminación por insecticidas ha llegado incluso a la Antártida y el Artico afectando a pinguinos y osos polares.
Todas estas situaciones se han acentuado en el presente siglo debido a la explosión demográfica humana. Cada día es necesario talar bosques y selvas para satisfacer necesidades de alimento y habitación. Por estas razones es importante elaborar un plan nacional de explotación racional de recursos faunísticos. Dicho proyecto debe tener en cuenta una serie de consideraciones sociales, tales como la agricultura que altera zonas naturales y afecta a la fauna. Pero ¿cómo convencer a esta población de poner fin a la perturbación, cuando todos sus esfuerzos apenas bastan para evitar que se mueran de hambre?. ¿Cómo recomendarles no matar un ocelote cuando la venta de su piel proporciona un cierto ingreso que alivia su ya deteriorada economía?. Es por ello, que los científicos involucrados en la conservación de la fauna no sólo deben ser capaces de proponer medidas de protección sino, también en colaboración con otros especialistas, de presentar alternativas de satisfacción a las necesidades del conjunto social y no solamente del individuo.
Esto nos viene a mostrar de una parte, que en México no se cuenta con el número suficiente de especialistas en las diferentes disciplinas ecológicas, y, de otra, que muchas veces se realizan investigaciones siguiendo modelos extranjeros y no según nuestras necesidades. Es urgente entonces la formación de profesionales conscientes de su participación social como científicos.
Pero la lucha por salvar la fauna silvestre no puede restringirse a los biólogos. Es necesaria la participación de los gobiernos y del pueblo en general, creando una conciencia de responsabilidad hacia las generaciones futuras. Algunas de las especies en peligro de extinción, en México, se consignan en el siguiente listado:

Antilocapra americana
Berrendo
Tapirus bairdii
Tapir
Trichechus manatus
Manatí
Ursus horribilis
Oso gris
Phenicopterus ruber
Flamingo
Falco peregrinus
Halcón peregrino
Harpia harpyja
Aguila arpía
Gopherus flavomarginatus
Tortuga de Mapimí
Eretmochelys imbricata
Tortuga de carey


Algunas de estas especies, como la tortuga de Mapimí y el berrendo, están siendo objeto de estudios para determinar medidas que los proteja. Sin embargo, esta labor apenas comienza y requiere de mayor participación para que los estudios puedan realizarse en el mayor número posible de especies amenazadas.

QUE HACER CON UN ANIMAL VARADO Y NO VARADO


ANIMAL NO VARADO
  • .
  • No permanecer muy cerca de la cola o cabeza.
  • No presionar o tirar de las aletas, cola o cabeza.
  • No cubrir el aventador ni dejar que le entre agua o arena.
  • No aplicar protección solar sobre la piel del animal.
  • No tocar al animal más de lo necesario.

ANIMAL VARADO

Buscar la ayuda de un experto lo mas rápidamente posible (a través de la policía).
  • Mantener húmeda la piel del animal.
  • Protegerlo del sol.
  • Mantener frescas la cola y aletas pectorales.
  • Hacer el menor ruido posible.
  • Mantenerlo con el lomo hacia arriba.

¿POR QUE HAY ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCION?




    En el mundo se pierde cientos de miles de especies, muchas de ellas aún antes de ser descubiertas por la ciencia. De ese modo, no sólo se pierde  la variabilidad biológica, sino además la diversidad genética, fuentes de sustentos para las generaciones futuras. Una especie en peligro de extinción es una especie que puede extinguirse en un futuro próximo. A través de la historia de la evolución, millones de especies han desaparecido debido a procesos naturales. En los últimos 300 años, sin embargo, los humanos han multiplicado la tasa de extinción por mil. 
    Para todas las especies naturales, vegetales y animales, vivir constituye un peligro cotidiano, deben cuidarse de sus congéneres, especialmente del más poderoso predador que existe sobre la Tierra: el hombre. Los desastres ecológicos, la de forestación y otras consecuencias de la acción humana provocan daños en la cadena trófica. En el mundo actual la extinción de especies animales no está tan directamente relacionada con la escasez de alimentos o la contaminación, como con acciones  violentas directas (la caza no reglamentada y el comercio ilegal de especies salvajes) o indirectas (la introducción de especies exóticas, en determinados ambientes, que compiten por uno o más recursos con individuos nativos o ya adaptados al lugar). 
Según los conservacionistas, la depredación de la fauna a crecido vertiginosamente y se estima actualmente que una especie desaparece cada 15 minutos.  Para la naturaleza, lo peor que le puede suceder, es la extinción de las especies, ya que con eso se pone en peligro el equilibrio necesario en todo ecosistema. En esta cadena natural, cada especie necesita de la otra para sobrevivir.  La acelerada destrucción del hábitat es pretexto de un desarrollo sin parámetros de sustentabilidad, condena a la extinción a una biodiversidad en cuyas potencialidades se basa la vida del futuro. Y aunque esta actitud represente  a simple vista una postura antropocéntrica, el hombre en su afán de búsqueda de nuevas alternativas, no puede apartarse de esa visión, pues de lo contrario la misma existencia no tendría razón de ser.  Introduciendo estos conceptos a la filosofía de la comunicación, consideramos de vital importancia contribuir a la protección de los recursos naturales, difundiendo las potencialidades de la riqueza faunistica.

¿Cuáles son las principales causa de este peligro?
1. La persecución y matanza por el valor de sus pieles.
2. La caza intensiva y la pesca intensiva para comercializar sus carnes.
3. La contaminación de las especies extrañas a su hábitat, o sea "especies invasoras".
4. Los grandes emprendimientos como represas, hidrovías, etc., que el hombre construye.
5. Pérdida de petróleo, que contaminan los mares.
6. Accidentes naturales como la "muerte gris", erupción de los volcanes que lanza a la atmósfera nubes de cenizas y gases con alto contenido de azufre.
7. La acción de otros contaminantes (yacimientos de uranio, polonio, radio y de otros elementos radioactivos)
8. Accidentes varios, intencionales o no, como los incendios de bosques, choque de barcos, etc.

Tráfico de especies
 El tráfico de la flora y la fauna se ha convertido en uno de los emprendimientos económicos más redituables y figura en el mundo en  tercer lugar luego del de armas y de las drogas.
 El de la fauna mueve alrededor de 10.000 millones de dólares anuales y la flora, está superando los 7.000 millones. A estas cifras habría que sumarle el tráfico clandestino...
 Cada año se consumen  en el mundo entre 600 y 900 toneladas de marfil, que se obtienen de unos 150.000 colmillos de elefantes adultos. En 1990, el comercio de marfil se prohibió internacionalmente.
  Según el CITES, el tratado  mundial que regula el comercio de especies protege a las que están en peligro de extinción, la población de elefantes africanos  se redujo de 1,3 millones de ejemplares a poco más de 600.000, durante la década del ochenta. Otra década similar bastaría para provocar la extinción de la especie. Pero no es este el único caso. Según los datos de las organizaciones TRAFFIC  y  WWF, cada año se comercia ilegalmente con primates, ave, pieles de reptil y de mamíferos, orquídeas, cactus y peces exóticos. Su destino son EEUU, Europa, Japón y parte del sudeste asiático. Y los usos que se les dan son tan variados como la peletería de lujo (una piel de pantera siberiana alcanza los 100.000 dólares  en el mercado negro), ornamentos, productos pretendidamente afrodisíacos y, en algunos casos, animales de compañia o plantas para jardines. A causa de este comercio ilegal, unas 700 especies se encuentran al borde de la extinción. Pero, además, otras 2.300 especies animales y 24.000  vegetales están amenazadas.

El Gran Mercado Negro de Especies
Actualmente, el tráfico ilegal de especies supera los 4.000 millones de dólares al año, y sólo el contrabando de armas y el narcotráfico generan cantidades superiores. Según datos  de TRAFFIC y WWF, a consecuencia directa del comercio ilegal, unas 700 especies  se encuentran en peligro inmediato de extinción.
Primates: Más de cincuenta millones de primates son capturados  anualmente y utilizados en laboratorios de investigación (los menos) o como animales de compañía.
Elefantes: Unos 150.000 colmillos de elefantes (entre 600 y 900 toneladas de marfil) son esquilmados para fabricar productos artesanales o decorativos.
Reptiles: Diez millones de pieles de reptil se destinan a la confección de bolsos, zapatos u otros productos de lujo. Parte de los reptiles van a parar a terrarios como exóticos animales de compañía.
Aves: Cinco millones de aves son capturadas con destino a los salones de casas de países desarrollados, restaurantes de lujo y coleccionistas privados.
Felinos: Unos quince de millones de pieles de mamíferos(nutrías, felinos, etc.) engrosan cada año lujosas peleterías en EEUU, Europa y Japón.
Ranas: Cerca de 250 millones de ranas (sobre todo, ranas toro) son capturadas en sus hábitat naturales con destinos a restaurantes.
Peces: Entre 350 y 600 millones de peces ornamentados son capturados  para abastecer acuarios y peceras en todo el mundo.
Cactus: Ocho millones de cactus son recogidos clandestinamente. Su destino son  las casas de los países occidentales.
Orquídeas: Casi nueve millones de orquídeas y flores de los bosques tropicales son recolectadas con destino a países occidentales.
Coral: Más de dos toneladas de coral se convierten anualmente en ornamentos  y objetos decorativos.
Las diez especies más amenazadas
Algunas de las especies podrían desaparecer en las primeras décadas del siglo XXI. Su uso comercial está totalmente prohibido.
Tigre de Siberia:  casado por su piel. Quedan unos 200 ejemplares.
Nutria Gigante: capturado por su piel. Ha desaparecido en Uruguay y quedan pocos centenares en Argentina.
Cocodrilo del Nilo: perseguido por su piel.
Águila Imperial Ibérica: quedan unas 150 parejas en libertad.
Tortuga Marina: perseguida por coleccionistas y  ofrecida como curiosidad en restaurantes de lujos.
Gorila de Montaña: destinado a zoológicos, coleccionistas e institutos de  antropología. Quedan unos 600 ejemplares en las montañas húmedas del continente africano.
Guacamayo Escarlata: importados por grandes cantidades por los EEUU.
Rinoceronte Negro Africano: quedan unos 2.000 ejemplares. En los años setenta, su población alcanzaba los 65.000.
Panda Gigante: utilizados en zoológicos y apetecidos por su piel.  Quedan unos mil ejemplares en todo el mundo.
Lobo Marsupial: podría haber desaparecido ya. El último ejemplar fue  avistado en la década de los ochenta.
Especies Invasoras
Es un tipo de contaminación  o depredación que excede el ámbito de las ciudades. Es lo que los ecólogos denomina "contaminación por especies" y que consiste en la introducción por parte del hombre de plantas y animales extraños y que ejercen efectos negativos sobre la flora y la fauna autóctonas.
 Un animal o una planta introducidos en hábitat que no le es una de  y propio  compiten con ventajas con las especies autóctonas por algún recurso esencial,  se hibridan con otras especies o bien se convierten en agentes transmisores de enfermedad. De esta forma alteran las reglas de juego de un Ecosistema y pueden llegar a provocar cambios sustanciales en su equilibrio. Las causas que conducen a la introducción de especies foráneas pueden ser accidentales, como el caso de los animales y algas que viajan  en el agua de lastre o en las bodegas de los barcos, o de los individuos que se detienen en puntos imprevistos durante sus migraciones. No obstante, la mayor parte de las introducciones son, por lo general, forzadas. Se trata de animales de compañía, especies introducidas para la caza y la pesca o para su consumo agrícola y ganaderos, además de aquellas especies de las que, como los visones, se pretende un gran aprovechamiento industrial.
Algunos casos de Bioinvasiones
Organismos:  Ratas negra y parda.
Origen: Este y sudeste de Asia
Zonas afectadas: Tierras emergidas, salvo desiertos, zonas polares y algunas zonas polares.
Efectos importantes:  En el siglo XVI, el  30 %  de la población de Europa occidental murió a causa de la peste transmitida por las ratas; como predadores, las ratas han ocasionado la extinción de especies insulares de aves; asimismo, constituyen plagas agrícolas y son portadoras de graves enfermedades infecciosas.
Organismo: Viruela:
Origen: Cuenca del mediterráneo
Zonas afectadas: Casi todas las zonas habitadas
Efectos importantes: Dos tercios de la población indígena de América del sur sucumbieron víctimas de la viruela en el siglo XVI. En Europa, a mediados de este siglo, la viruela ocasionó la muerte de dos millones de personas. Actualmente está erradicada.
Organismo: Peste vacuna
Origen: India
Zonas afectadas: África
Efectos importantes: Hacia el año 1900, una epidemia causa estragos entre el ganado vacuno de África oriental y en la vida silvestre de la región.
Organismo: Gorrión común
Origen: Europa, Asia central y meridional, zonas de Africa septentrional.
Zonas afectadas: América, casi todas las islas, Africa meridional, Australia, Nueva Zelanda.
Efectos importantes: Es una plaga para un numeroso grupo de cultivos; compite con otras aves autóctonas, a las que consigue desplazar.
Organismo: Mosquito tigre
Origen: Sudeste asiático
Zonas afectadas: Asia oriental, isla del Pacífico e Índico, Australia, Nueva Zelanda, Europa, Africa meridional, EEUU y Brasil.
Efectos importantes: Contribuye a la propagación  de la fiebre amarilla, la fiebre de dengue y la encefalitis.
Organismo: Caulerpa toxifolia
Origen: Caribe y zonas pantropicales
Zonas afectadas: Cuenca mediterránea:
Efectos importantes: Compite en los fondos marinos con las praderas faneróganas, a las que se desplaza, provocando falta de alimento y cobijo  a los peces mediterráneos.
LAS BALLENAS
Extinción
El mayor depredador de las ballenas es, sin duda, el hombre. Como con otras tantas especies, no hemos sabido parar a tiempo y hemos llegado a extinguirlas casi por completo, provocando de esta manera otra masacre de la que no podemos sentirnos orgullosos precisamente.

Esto no quiere decir que no podamos hacer uso de este recurso biológico, pero solo si lo cuidamos al mismo tiempo, pues como los otros recursos naturales, también se agota y después vienen las lamentaciones.

Gracias a muchos científicos y a otras asociaciones desinteresadas, las medidas de protección adoptadas por la Comisión Ballenera Internacional (de la que forman parte más de 50 países balleneros) permiten el mantenimiento e incluso el desarrollo de ciertas poblaciones de rorcuales

Su propósito no es tanto el proteger a las ballenas, sino asegurarse el futuro negocio a largo plazo, pero este es un primer paso en la conservación de este animal.

A partir de un acuerdo hecho hace ya años, las capturas fueron disminuyendo, más que por las leyes, por la desaparición de estos animales. Solo en 1960 se mataron más de 60.000 ejemplares.
Quizás la suerte de las ballenas esté en la industria química, que va sintetizando los productos que, hasta ahora, se elaboraban a partir de las ballenas.

Otro de los factores que colaboraron a esta conservación fue que en 1975, la propia C.B.I., presionada por las cada vez más numerosas asociaciones mundiales de carácter ecológico, dejó de ser un club de balleneros para pasar a ser una genuina asociación ecologista.

No fue hasta 1986 en que la propia C.B.I. aprobó la prohibición internacional de comercializar los productos derivados de estos animales. Por desgracia, no todos los países aceptaron esta decisión, Noruega, Islandia, Corea y Japón han ido poniendo excusas con el fin de seguir matando ballenas. Noruega y Japón matan de 600 a 650 ballenas cada año "con fines científicos".
Muerte en los litorales marinos.
Nadie sabe el número de ballenas que han muerto en las playas a lo largo de la Historia. Sin embargo, sí se está comprobando que este trágico fenómeno se está acelerando a un ritmo preocupante. Si los grupos de mamíferos marinos que antes «encallaban» eran de 30 miembros, 40 a lo sumo, ahora pueden llegar a ser de 300. Y lo mismo ocurre con el lugar. De registrarse los varamientos exclusivamente en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, en la actualidad, se producen en cualquier rincón de la costa. El misterio está abierto.
Hace un par de décadas se comenzaron a registrar varamientos masivos de cetáceos en los litorales marinos. El término «registrar» está bien elegido. Y es que tampoco se conoce a ciencia cierta el número de mamíferos marinos que han muerto en las playas a lo largo de la Historia. Eso sí, todos los expertos coinciden en que la progresión se acelera. Cada vez encallan más ballenas, cada vez ocurre más frecuentemente, y cada vez pasa en sitios más raros.
Tradicionalmente, se han registrado varamientos de ballenas en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Desde hace unos años, cualquier playa es buena para morir. Y antes morían 30 o 40 al mismo tiempo. Hace unas semanas, al sur de Australia, murieron más de 300 cetáceos.
¿Por qué pasa esto? Hay casos naturales, como el varamiento de 300 delfines hace unos años en el litoral gallego cuando huían del ataque de unas orcas. La contaminación por algas tóxicas también hace que estos animales busquen aguas menos profundas. Apenas tienen fuerzas para salir a respirar, se acercan al litoral y, a veces, se ven atrapados y sin posibilidad de dar marcha atrás.
Los científicos y expertos no se ponen de acuerdo en el resto de los casos. Todos coinciden en que, generalmente, la desorientación es la causa directa. Los cetáceos son, en su mayoría, gregarios y viajan por los océanos siguiendo el camino marcado por el cabecilla del grupo. Si éste se pierde, todos están perdidos.
Y, ¿qué falla para que un animal con una capacidad cerebral no tan lejana a la del hombre no encuentre el camino? Las ballenas utilizan un sistema de orientación por ultrasonidos en cierto modo semejante al de los murciélagos. Emiten un grito y éste rebota contra los obstáculos. Una cavidad grasa, llamada melón, les sirve para interpretar los ultrasonidos y vibraciones de vuelta. El melón está situado en la cabeza y su fluido graso es extremadamente sensible a cualquier vibración, por pequeña que ésta sea. Una mala nutrición o una infección pueden afectar a las reservas de grasas del animal. Así, cuando la debilidad es extrema, la orientación no está asegurada.
La contaminación del mar también influye. Los desperdicios vertidos a éste hacen que las especies marinas se confundan o se encuentren dentro de su dieta cualquier tipo de basuras. Hace un año, en noviembre del 97, una ballena quedó varada en las playas de Santander. La necropsia descubrió una bola de 50 kilos de plástico que había obstruido su estómago, la había debilitado y la había hecho acercarse demasiado a la costa. Ella vino sola. Por suerte no comandaba ningún grupo.

LOBO MEXICANO EN PELIGRO DE EXTINCION


Otro animal 100% mexicano y en peligro de extinción es el lobo gris (Canis lupus baileyi). Es la raza de menor tamaño en el Continente Americano y también la que habita más al sur. Al igual que en otras regiones del planeta, al lobo mexicano se le ha perseguido intensamente en Mexico, principalmente mediante cacería ilegal y por medio de campañas de envenenamiento. La destrucción de los bosques y pastizales templados del norte de la República Mexicana , que constituyen su hábitat, contribuyó también a que a mediados de los años 70’s estuviera en peligro de extinción. Hoy sólo se conoce con certeza la situación de los lobos mexicanos que se encuentran en cautiverio.
En 1975 el lobo mexicano fue incluido dentro del Acta de las Especies en Peligro de Extinción de los Estado Unidos, lo que obligaba al USFWS, la oficina responsable de la conservación de la fauna en ese país encargada de hacer todos los esfuerzos posibles y necesarios para recuperar al lobo mexicano en los Estados Unidos. Sin embargo, para entonces sólo existían lobos silvestres de esta subespecie en México, por lo que se buscó la cooperación del gobierno mexicano para lograr este objetivo.
En 1977 la Oficina de Especies en Peligro, del USFWS, establece un acuerdo con el gobierno mexicano para iniciar una evaluación en las montañas del norte de México y tratar de determinar la situación de las últimas poblaciones de lobos. Se contrata para llevar a cabo este estudio al Biólogo y trampero norteamericano Roy T. McBride. La experiencia que tenía en esta actividad, durante varios años de recorridos en el norte de la Sierra Madre Occidental, lo calificaban para esta tarea. Durante los primeros meses de 1977 se dedicó a localizar las últimas poblaciones silvestres del lobo mexicano, llegando a estimar que la población total de este animal quizá no superaba los 50 individuos, los cuales se encontrarían dispersos, en pequeños grupos, parejas o como individuos solitarios, en un área gigantesca, prácticamente toda la Sierra Madre Occidental, desde Sonora y Chihuahua, hasta el sur de Durango y Zacatecas.
Con la autorización del gobierno mexicano, a fines de 1977 y a principios de 1978, McBride capturó vivos dos lobos en la Sierra del Nido, Chihuahua, y cuatro más cerca de Coneto, Durango. Estos animales fueron enviados a los Estados Unidos para iniciar un programa de reproducción en cautiverio, que tendría como objetivo incrementar el número de lobos mexicanos, hasta llegar a un número que permitiera reintroducirlos en algún área protegida, donde pudiera mantenerse una población silvestre viable de al menos 100 lobos. A cambio, el gobierno mexicano solicitó que se enviaran de regreso a nuestro país algunas parejas descendientes de los lobos que McBride había capturado en Chihuahua y Durango.
El hecho es que, a partir de que McBride capturó los lobos con los que se inició el programa de reproducción en cautiverio, prácticamente ya no se hizo ningún esfuerzo importante para proteger a los últimos lobos silvestres que quedaban, los cuales siguieron siendo perseguidos hasta que prácticamente desaparecieron. Por ello hay que admitir que, de no haberse iniciado un programa de reproducción en cautiverio con los lobos capturados por McBride, quizá hoy el lobo mexicano estaría irremediablemente extinto. De los seis lobos capturados para el Programa de Reproducción en cautiverio, sólo cuatro participaron en el y de estos sólo uno era hembra, y se sospechaba que uno de los machos era hijo de ella. Esto ha representado un riesgo para la viabilidad genética de la población existente de lobos mexicanos, pues al haber sido el grupo fundador tan reducido en número, existe entre todos sus descendientes un alto grado de consanguinidad. A pesar de ello, se ha logrado incrementar considerablemente el número de estos lobos, que son conocidos como lobos de "Linaje Certificado", pues su pureza fue determinada mediante estudios genéticos que se les practicaron antes de incorporarlos al Programa de Reproducción en Cautiverio.
En el año de 1988 México inicia sus propios esfuerzos para reproducir en cautiverio al lobo mexicano, con la llegada de tres parejas procedentes de los EUA., que se albergan en el Centro Ecológico de Hermosillo, Sonora; la estación de San Cayetano, en el Estado de México y el Zoológico de San Juan de Aragón, en la Ciudad de México. Una pareja más se recibe al año siguiente y es alojada en el Zoológico de Chapultepéc, también en la Ciudad de México. A finales de 1993, se reciben dos parejas más y, junto con algunos de los descendientes de la pareja alojada en el Zoológico de San Juan de Aragón, forman dos parejas reproductoras más, que se alojan en la estación de " La Michilía ", en Durango y en un rancho particular del estado de Chihuahua. Para Abril de 2003 existían alrededor de 90 ejemplares del linaje certificado en nuestro país y la población total de este linaje, incluyendo a los lobos mexicanos cautivos en los EUA y a los que fueron liberados en Arizona, suma alrededor de 250, por lo que el lobo mexicano aún es considerado como el que requiere mayor protección a nivel mundial, ya que se le considera el más escaso del planeta.

Si bien se han tenido importantes avances en la recuperación del lobo mexicano, es importante unir esfuerzos para que esta especie no continué en peligro de extinción y que cada uno de nosotros ponga su granito de arena apoyando a las diferentes instituciones que se dedican a conservar al lobo mexicano.